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miércoles, 29 de noviembre de 2017
¿Cuándo una persona es distímica? posibles tratamientos
A la hora de hacer un diagnóstico
de distimia existen una gran cantidad de variables para despejar y
analizar.
Se podría decir que no existe
un sólo método válido para lograrlo, pero, en líneas generales, se siguen métodos
que se complementan:
- Se realiza una exhaustiva
historia clínica a través de un interrogatorio al paciente y a alguna
persona del grupo familiar. Escuchar al paciente es fundamental para comprender
qué es lo que le está sucediendo.
- Hasta el momento, no existe
un examen complementario, algo que diagnostique la presencia de este trastorno
afectivo en particular. No hay un tiempo estipulado en el que un profesional
deba llegar al diagnóstico ya que depende de cada caso en particular: a veces,
en una o dos entrevistas se puede saber qué es lo que le ocurre al individuo y,
en otros casos, hay que seguir investigando.
Además, se tiene que
comprender que tanto en psicología como en psiquiatría “uno más uno
nunca es dos” ya que el diagnóstico lleva más tiempo que en otras
especialidades en las que con una radiografía o un análisis de sangre u orina,
ya se puede evaluar con precisión la enfermedad del paciente.
La enfermedad del desgano
La distimia es un trastorno
afectivo y se la define como un problema crónico y fluctuante que presenta
síntomas depresivos de bajo grado. La diferencia que existe entre la depresión
mayor y la distimia, no se centra tanto en la sintomatología que se presenta en
uno y otro caso -que puede ser similar- sino en la severidad, la intensidad y
la duración de los síntomas. En la distimia los síntomas son menos severos e
intensos, pero la duración es mucho mayor porque la enfermedad es crónica.
Además, se puede decir que en
la depresión mayor el inicio es agudo; en cambio, el paciente distímico lleva
su problema afectivo a lo largo de toda su vida. Tampoco hay un comienzo claro;
es más, esta afección puede empezar tanto en la infancia como en la
adolescencia y en el adulto joven.
Respecto de las edades en las que aparece
más frecuentemente, se ha descubierto que en la infancia es entre los 6 y los
13 años, en el adulto, entre los 18 y los 45 y, a partir de los 65 años decae
la curva de incidencia.
En cuanto a la proporción de
personas distímicas entre ambos sexos se puede decir que:
- en la infancia aparece con igual frecuencia entre niños y
niñas.
- en el adulto joven, se da más en la mujer que en el hombre en
una relación de 5 a 1.
- después de los 65 años se vuelve a igualar la proporción entre ambos sexos.
Tratamiento contra la distimia
Al hablar de la distimia como
de un trastorno crónico, puede pensarse que es casi o
totalmente incurable. No es así. Existen medicamentos eficaces para corregir
ese desequilibrio y el 80 por ciento de los casos de distimia se llegan a resolver
con tratamientos que duran un promedio de 4 a 5 años.
Una vez que el diagnóstico
está listo, el paciente debe seguir un tratamiento que tiene 2 pilares
fundamentales:
• Tratamiento farmacológico:
El mejor pronóstico con esta
terapia lo tienen las distimias primarias de inicio precoz, donde la carga
familiar de trastorno afectivo es importante y las características del cuadro
clínico son las propias de esta enfermedad, a diferencia de otros tipos de
distimias en las que lo que prevalece son los trastornos de personalidad o
trastornos por abuso de sustancias en donde es más difícil hacer el diagnóstico
y el tratamiento.
La medicación que se utiliza,
en este tratamiento, debe ser elegida con mucho criterio por parte del médico,
ya que todos los antidepresivos presentan efectos adversos. Por lo tanto, como
el profesional sabe que el tratamiento va a ser largo, debe indicar una
medicación con un perfil de efectos adversos bajos y que sea lo menos tóxica
posible.
Ahora bien, a la hora de medicar
el psiquiatra también debe tener en cuenta que, por ejemplo, si un
paciente además de ser distímico es ansioso, el antidepresivo que se utilice
será diferente que si el paciente no presenta ese otro trastorno.
La misma diferencia es válida
para el caso de una persona que además de ser distímico tiene problemas de
tiroides o de corazón; en este caso habrá medicamentos contraindicados
y el médico tendrá que optar por otros.
• La psicoterapéutica:
Es el trabajo terapéutico a
través de la palabra.
Cuando el médico comprueba que el paciente mejora, a medida que el tratamiento avanza, se puede reducir la medicación de acuerdo a esquemas pautados con anterioridad.
Cuando el médico comprueba que el paciente mejora, a medida que el tratamiento avanza, se puede reducir la medicación de acuerdo a esquemas pautados con anterioridad.
En algunos casos decae y en
otros se ve una gran recuperación. Esta comprobado que los resultados del
tratamiento son buenos, pero su duración y evolución siempre dependen de cada
persona en particular.
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