El mundo del deporte está repleto de ejemplos de superación. De personas que ante la adversidad que puede devastar su vida con una noticia terrible encuentra en el mundo del deporte la perfecta vía de escape aunque esa vía suponga esfuerzo, sacrificio y sufrimiento en búsqueda de esos pequeños éxitos que compensan todos los sinsabores y malos tragos.

Aunque hay muchas historias anónimas que igual merecen más que se les dediquen unas líneas, hoy toca hablar de Jonás Gutiérrez, un futbolista argentino del Newcastle que se encontró con la terrible noticia de que un cáncer testicular le apartaba de su pasión, el fútbol.

A pesar de ese mazazo que le tenía guardado el destino, Jonás decidió sobreponerse a ello con un objetivo muy claro. Superar el cáncer y luchar por volver a disfrutar de su pasión sobre un campo de fútbol como han hecho otros futbolistas como Eric Abidal, Stiliyan Petrov o José Francisco Molina entre otros.

Jonás Gutiérrez, habitual en el Newcastle e internacional con Argentina comenzó entonces una aventura en la que a pesar de sus miedos ante la quimioterapia se contagió de una actitud positiva que fue capaz de transmitir a su familia y a sus compañeros. Todo el esfuerzo y el calvario por volver se empezó a ver compensado con un pequeño anticipo en St. James Park, su campo, donde ante 50.000 personas volvió a pisar un campo de fútbol tras año y medio de inactividad y con el brazalete de capitán en el brazo ante un estadio que le tributó una enorme ovación.

Pero el destino aún no había saldado su deuda con Jonás ya que aún faltaba el último partido de Liga. El Newcastle necesitaba ganar para permanecer en la Premier y Jonás Gutiérrez fue titular,  el destino tenía el escenario y las personas justo donde tenían que estar. En el minuto 9 de partido, Jonás dio una asistencia de gol y en el minuto 85 volvió a disfrutar de un gol que suponía la salvación de su equipo. Con ese gol, más allá del triunfo y la permanencia, se desató la carrera de un hombre cuyo rostro reflejaba la felicidad más pura, no solo por el gol, sino porque era un grito al mundo de que seguía vivo y el cáncer solo había sido un obstáculo más para superar gracias a su espíritu de lucha y superación.